miércoles, 31 de julio de 2013

Redes clientelares de ladrones

Hace años leí una serie de libros que recomiendo siempre, acerca del final de la república de Roma, escritos por Coleen McCullough. Recuerdo muy bien las descripciones de los actos más comunes en el patriciado romano, sobretodo cuando llegaban a ostentar cargos públicos. Existía una red de clientelismo, de favores; una red mafiosa al estilo de los entramados sicilianos. Me viene a la memoria Livio Druso recibiendo en su despacho a todos aquellos que le iban a pedir un favor, a cambio de votos en las elecciones, por ejemplo.
Las cosas no han cambiado ni un ápice. Las redes clientelares siguen siendo fundamentales en la política actual, especialmente en las "democracias" bananeras del estilo de España (o Españistán, si se prefiere).
Un ejemplo lo tenemos en Luis Bárcenas, pidiendo favores a Mariano Rajoy por SMS. De hecho, consiguió que su mujer (Rosalía Iglesias) entrara por el garaje a los juzgados, eludiendo el famoso "paseillo" a la vista de los periodistas y del resto del pueblo. ¿Cuántas cosas más habŕa pedido Bárcenas a Rajoy? ¿Cuántas le ha concedido nuestro despreciable presidente?
Supongo, sin embargo, que la cuestión fundamental es otra: ¿quién es el cliente y quién el patrón? ¿Rajoy de Bárcenas o viceversa? Es posible que nuestro futuro esté en manos de ladrones. Bueno, de eso no hay duda, la verdad. La cuestión es saber quién manda más.
Y, por si alguien considera que esto no es importante, que recuerde que, por ejemplo, el dinero que Rajoy le dio a los bancos a través del rescate recibido de Europa, ya ha sido dado por perdido. "No daremos ni un solo euro a la banca", decía Rajoy en campaña electoral. Esto nos pasa por dejar que nos gobiernen ladrones.
Para ellos, espero que les vayan robando cada gota de sangre de una manera lenta y dolorosa, y que vayan observando como se secan por dentro sin poder hacer nada, hasta desaparecer en el olvido.

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